6 de noviembre de 2009

Delirio

Desde lo más profundo de lo que no hay en mí, en el centro mismo de mi esquina favorita y en la parte de arriba de la planta de mi pié, desde ninguna parte y hacia todos los rincones surgen arañas de pies alambrudos y antenas de coral. Suben por las paredes hasta llegar a las nubes, caminan entre relámpagos y una que otra cae presa de la sustancia rosada que escupe el sol. Olores de primavera vienen con ellas mientras la mierda se apodera de lo que tocan. Sus ponzoñas inyectan sangre en incautas piedras que ya no pueden escapar. La madera trepida a la par que el hielo del estío quema sus hormigas, tragándoselas un fresco sueño que arde por dentro.

Letanía

Escribir es estirar las alas en el ancho cielo de la imaginación, encerrar pensamientos entre letras, que no vuelen libérrimos perdiéndose en el tiempo. En la angustia de tener tanto que decir, ignotos mundos para relatar fijos en las pupilas, el papel recibe la descarga tremenda de una retórica que llegó sin desaparecer. Duele el mundo en mi, en cada detalle que se pierde entre los vericuetos de la cabeza, en las ricas historias incompletas y las yermas noches de incansable ocio que en el extravío de banales ocupaciones desperdicié. Cada párrafo es un parir. Viene con sufrimiento y convulsiones de tan liviana memoria desterrante de momentos olvidados. He aquí lo que quiero contar, libre la palabra que encierra la letra, fresco el sentir que el pecho guardó.

¿Quién soy?

Estudiante de Comunicación Social y Filosofía. ricardotp@hotmail.com ---- ricohin

Para seguir. No escribo mucho