11 de marzo de 2010

¡Y el blog se llama Mirada Crítica! Pero, ¿para qué mirar de forma crítica? La mirada es un sezgo de la realida, la crítica se expresa en palabras que artificiales en su naturaleza no expresan más que la mentira que la mirada desprevenida encuentra en un mundo representado en fonemas que no hablan de realidad. Pero, ¿hablar de realidad? ¡Que pedante! Pensar en realidad es hacer el ejercicio de despóticamente asentar mi mirada como algo que debe ser creíble cuando sus herramientas de formación son artificiales y abstractas en el mundo. El mundo que en mi escasa formación de significados es tan corto como mi capacidad de ser y renunciar a serlo no vale la pena. No hay que leerlo. Pero, ¿hablar de mundo? El mundo que conozco se queda en las palabras estáticas en el papel, calladas y grandiosas, impetérritas dictadoras contándome lo que necesito para creer que puedo hablar de un mundo que no he visto. Pero, ¿escribir en este blog? Si ando de Poker en Poker, mojando el ardor que no apaga el alcohol, que aviva la ciudad con su fauna de zancudos escurridizos, escurrida en las noches ocupadas en el fordismo académico, con la luna sobre la cama y los libros en la cabeza, el pasaje del bus con el mugre del bolsillo. ¿Entonces de qué vale leerme? De nada, nada aprendereis, nada os daré, ningún provecho sacaréis. Dedicaos a algo mejor. Haced dinero que es a lo que llama el mundo, ese que es falso desde que se expresa en lo artificial. Puta

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Letanía

Escribir es estirar las alas en el ancho cielo de la imaginación, encerrar pensamientos entre letras, que no vuelen libérrimos perdiéndose en el tiempo. En la angustia de tener tanto que decir, ignotos mundos para relatar fijos en las pupilas, el papel recibe la descarga tremenda de una retórica que llegó sin desaparecer. Duele el mundo en mi, en cada detalle que se pierde entre los vericuetos de la cabeza, en las ricas historias incompletas y las yermas noches de incansable ocio que en el extravío de banales ocupaciones desperdicié. Cada párrafo es un parir. Viene con sufrimiento y convulsiones de tan liviana memoria desterrante de momentos olvidados. He aquí lo que quiero contar, libre la palabra que encierra la letra, fresco el sentir que el pecho guardó.

¿Quién soy?

Estudiante de Comunicación Social y Filosofía. ricardotp@hotmail.com ---- ricohin

Para seguir. No escribo mucho